Tercera Sevillana
Como ya he comentado alguna vez, hay varias formas de bailar las sevillanas y personalmente creo que cuando las aflamencamos quedan mucho más bonitas, pero es mi opinión. Por eso las sevillanas que trabajamos en clase tienen pequeñas variaciones comparándolas con las sevillanas clásicas, que son las que se suelen bailar en danza española. La diferencia es mínima y siempre respetando la estructura original. Hoy veremos la tercera sevillana y me gustaría explicar un poco como se bailarían en el caso de que ejecutáramos las tradicionales, ya que es en la hay más cambios añadido respecto a las otras. En primer lugar, como pasa en todas y cada una de las cuatro coplas, haríamos un paso de sevillana o paseíllo y detrás izquierdo, detrás derecho, daríamos dos golpes con izquierdo (nuestro peso está en la derecha) y giraríamos. Nos quedaríamos de lado para hacer cuatro sostenidos de media punta de dentro hacia fuera y dos golpes siendo el segundo el que aguanta nuestro cuerpo para girar. Marcaríamos con izquierdo y vendría la pasada. Abriríamos con derecho, cruzaríamos izquierdo y vendrían los tres zapateados (uno para cada lado), golpe con izquierdo, giro y pasada. Haríamos otro paso de sevillanas y vendría otra pasada.
Nos colocamos de lado y ejecutaríamos otros cuatro sostenidos de media punta con derecho, después vendría una pasada y seguidamente haríamos otros cuatro sostenidos de media punta con pie izquierdo (siempre comenzando desde dentro hacia fuera), daríamos golpe con izquierdo, giro y final con el brazo derecho arriba. Aunque hay diferentes versiones de esta sevillanas todas se parecen muchísimo. La mayor diferencia que hay entre las sevillanas que trabajamos en clase y las que acabo de explicar brevemente es que, a parte de hacer mas sonidos con los pies y cambiar alguna colocación para que tenga un aire más flamenco, el último tercio lo ejecutamos de diferente manera. En vez de hacer la pasada final como tal, lo que hacemos es que nos vamos cruzando con nuestra compañera (después de hacer el último paso de sevillana y la pasada) marcándolo en cinco compases y con un golpe en cada uno de ellos. Lo que hacemos concretamente es ir dando golpes con el pie derecho y entre golpe y golpe el izquierdo va haciendo medias plantas y bajando el tacón. Posiblemente de todas las pequeñas modificaciones que hemos incorporado, esta sea la más llamativa y de las que más me gustan ya que hace que la última parte de la tercera sea más impetuosa y nos ayuda a acabar esta sevillana con más fuerza. Es un poco difícil visualizarlo con palabras, por eso creo que mejor verlo.
Tengo que decirlo, me encanta ver lo rápido que aprenden mis alumnas y la ilusión y el esfuerzo que ponen en cada clase, pero verlas disfrutar es de las cosas que más feliz me hacen sentir.
Bailar nos ayuda a expresarnos de otra manera, con nuestro cuerpo, con nuestros gestos, nuestra mirada, sin necesidad de hablar. Por eso creo que es importante sentir lo que estamos haciendo, escuchar las letras de lo que estamos bailando y dejarnos llevar, de este modo no solo aprendemos pasos, sino que bailamos con todo el sentido de la palabra. Porque bailar no es solo moverse en el espacio o aprender a ejecutar movimientos, es mucho más.