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Rumbas, Milongas, Guajiras, Vidalitas y Colombianas Flamenco

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Rumbas, Milongas, Guajiras, Vidalitas y Colombianas Flamenco

¡Que viva la rumba!

Hoy más que nunca me siento rumbera, imagino que debe ser por la alegría y las ganas que me entran de bailar cuando las escucho.

En artículos anteriores he estado explicando muy brevemente  algunos de los palos flamencos que hoy en día son más interpretados  y no me gustaría para nada dejar de lado los cantes de ida y vuelta que son a los que pertenecen la rumba, milongaguajira, vidalita y colombianas, así que hoy nos centraremos en estos.

Comencemos por la rumba, palo del flamenco festero al igual que los tangos y las bulerías, y que aunque muchos interpretes las han empleado en sus repertorios  durante los últimos años, hay otros que se niegan a considerarlas como una rama del flamenco. Situamos el origen de este género musical en Cuba a finales del siglo XIX con un cante llamado guaracha que fue transformándose y al que más tarde fueron llamando rumbitas o chuflas, que fueron muy populares y exitosas en la época. Fue entonces cuando cantaores españoles viajaron a Cuba y trajeron consigo este cante al que fueron añadiendo toques muy suyos hasta llegar a aflamencarlas  tanto que acabaron incluyéndolas en el repertorio flamenco. Se podría decir que fue en Cádiz donde comenzaron a desarrollarse por  intérpretes que las fueron dando a conocer como tal. Su compás es binario y para simplificar podríamos decir que son unos tangos rápidos  aunque con algunas peculiaridades, como el rasgueo que se utiliza con la guitarra para acompañar al cante, el acompañamiento de las palmas, la velocidad y su estructura. Sus letras suelen ser alegres y divertidas y dan pie a un baile enérgico, con muchos movimientos de hombros y caderas que provocan  una expresión corporal cargada de sensualidad y picardía.

Cuba, el origen de la Rumba

La milonga, es un palo procedente de Argentina que fue traído a España entrando por el puerto de Cádiz  artistas, soldados y toreros que regresaban en el siglo XIX y que tuvo gran importancia entre los años 1880 y 1910. La primera milonga flamenca llega a España siendo un cante para baile y acompañada por un ritmo tanguillo aunque la milonga  que conocemos hoy día, según algunos autores, llegó al flamenco en 1909 con los  toreros mejicanos, que con pena y tristeza interpretaban un tipo de cante funerario que reflejaba  la derrota  y que  llevaban un ritmo de tangos-tientos. Con esta métrica, la milonga muchas veces está exenta de compás y se realiza libre. Sus letras suelen estar formadas por cuartetas octosílabas, en ocasiones se utilizan grandes melismas y suelen hablar de la guerra y todo lo que conlleva, tristeza, desolación etcétera, aun que actualmente es más común escucharlas hablar sobre el amor y el desamor.

La vidalita, procede de Argentina y Uruguay, y con posible procedencia  en la frase mi vida. Este cante es uno de los menos grabados y popularizados y tiene similitudes con la milonga, en gran parte por sus letras cargadas de desolación y por el acompañamiento de la guitarra. Este cante tuvo gran aceptación a finales del siglo XIX, al igual que muchos cantes incluidos en los de ida y vuelta, aunque como he mencionado antes treinta años después cayó en el desuso. Su compás es binario con aire de tango lento, sus coplas están formadas por cuatro versos octosílabos y con letras que hacen referencia al amor o al desengaño.

Los cantes americanos Milonga y Vidalita

Posiblemente el que se encuentre clasificada dentro de los cantes de ida y vuelta sea el motivo por el que  muchos flamencos no las incluyan en sus repertorios, ya que para ellos no guarda el origen flamenco como tal, sino que es un cante aflamencado.

La guajira es un género musical procedente de Cuba que gozo de mucha popularidad entre el público y fue muy aceptada e interpretada por los cantaores  aunque volvemos a ver que comenzó a decaer en la segunda década del  XX. La palabra guajiro es la forma en la que los españoles se refrieren  a los campesinos cubanos. Para hablar de la primera versión flamenca, sabemos que  se dio a conocer en el año 1860. Su compás es una amalgama de doce tiempos  como el de las soleares, cantiñas o bulerías aunque con una velocidad  más parecida a las alegrías. Sus letras suelen  estar formadas por coplas de diez versos octosílabos, con temas que hacen referencia a Cuba, el campo y sus frutas, las mujeres o en ocasiones a la tristeza. Su baile suele interpretarse con elementos como pueden ser el abanico, los palillos o el mantón de manila.

Guajira con abanico

Para finalizar los cantes de ida y vuelta nos faltaría hablar de las colombianas, considerado de los estilos más recientes y que a pesar de lo que nos puede parecer por su nombre, no existe ninguna relacione entre los cantes de  Colombia y estos. Este palo fue creado por un cantaor, Pepe Marchena, que  en 1931 compuso un tema llamado “Mi Colombiana”  cargado de influencias de la música cubana y que tuvo muchísima aceptación. Su compás es binario con ritmo de tango y sus letras están formadas por coplas de seis versos octosílabos, de los que se suelen repetir los dos primeros formando un estribillo. Los temas a los que hacen referencia son  los bonitos  paisajes de Colombia y  la buena relación que se mantenía entre nativos y españoles.

Las Colombianas con Pepe Marchena

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